TAREA 2 ¿Se han logrado en España las propuestas de Europa 2020?

En marzo de 2010 y como consecuencia de la grave crisis económica del 2008, la Comisión Europea aprobó una serie de medidas agrupadas bajo el nombre de Europa 2020 y destinadas a lograr el fortalecimiento del Viejo Continente en un plazo de diez años. Dichas medidas estaban orientadas a lograr el cumplimiento de cinco objetivos: aumento de los porcentajes de empleabilidad, mayor inversión en I+D, contención de los efectos del cambio climático, reducción de los índices de pobreza y exclusión social y mejora de la educación, siendo esta última cuestión la que más nos interesa al ser este un máster de formación de profesorado.

Así pues, en lo referente a esa mejora de la educación, la Comisión Europea determinó que era necesario reducir el abandono escolar a un porcentaje menor del 10% y acrecentar hasta un 40% el número de personas de entre 30 y 40 años con estudios superiores completos. Pese a la gran inversión realizada, esos deseos de progreso en educación no podían estar más lejos de la realidad en nuestro país. Los datos eran tristemente rotundos: el 30 % de los españoles no ha finalizado la Educación Secundaria Obligatoria, una cifra que contrasta bastante con el 15 % que el resto de potencias europeas marcaban como el porcentaje existente que debía ser reducido. 

Además, frente al 85 % de jóvenes en posesión del título de Educación Secundaria No Obligatoria que Europa esperaba tener, nuestro país apenas superaba el 60%. Sin embargo, no todo iban a ser malas noticias, ya que España ha conseguido al menos que aumente el porcentaje de diplomados en las carreras del itinerario de ciencias.

Por otro lado, la organización territorial y la historia de España son factores a tener en cuenta a la hora de analizar resultados tan negativos. La primera cuestión tiene que ver con que nuestro país está dividido, y nunca mejor dicho, en varias comunidades autónomas que pueden hacer y deshacer en lo que entraña a la materia educativa sin tener que cumplir fielmente con lo que diga el gobierno central, cosa que obviamente hace difícil una unidad en legislación educativa. Por otro lado, la segunda cuestión guarda relación con nuestro duro pasado, en el que ha habido épocas de un inmenso analfabetismo del que el ministro Claudio Moyano trató de sacarnos con su ley educativa de 1857, pero que volvería a resurgir con las penurias fruto de la Guerra Civil.

Parece que España va a la cola de Europa en lo que a educación se refiere, pero quizá lo correcto sea decir que, pese a las muchas dificultades padecidas, avanza, lentamente sí, pero sigue caminando.